sábado, 18 de julio de 2009

HOSPITAL EN PEKÍN




Mi hija ha sido ingresada en un Hospital en Pekín por sospecha de gripe A.

Ella y sus compañeros de Facultad, que participaban en un programa de estudios económicos de la Universidad en China, fueron trasladados por el ejército chino, acompañado de varias ambulancias y de una multitud de sanitarios vestidos de astronautas, a un Hotel de las afueras para quedar en cuarentena después de que el Coordinador-Profesor hubiera presentado síntomas de gripe A. Al día siguiente mi hija tuvo fiebre y pensó que, inmediatamente, iban a llevarla, sola, al hospital. Y ahí llegó la crisis, me llamó al móvil y, entre dos juicios, tuveimos una conversación angustiosa en la que me pedí aque "hiciera algo" e, incluso, que la fuera a buscar "inmediatamente". Las dos tardamos unos momentos en darnos cuenta de que la cosa no era para tanto. Y fue ingresada. El Hospital no tiene mucho que ver con lo que una chica española de 19 años está acostumbrada a ver y el primer día resultó duro pero la experiencia ha sido el mejor apredizaje que podía tener. Se ha entendido y reído con enfermeras chinas con escafandra que no hablan ningún idioma occidental, se ha dado cuenta de que la dureza de los protocolos tiene sentido en un país donde los recursos sanitarios son limitados, ha aprendido a hacer sus necesidades en un agujero en el suelo y que el papel higiénico no es un artículo imprescindible, y, sobre todo, se ha dado cuenta de que merece la pensa sacrificarse por un objetivo lejano.


Casi estoy contenta de lo ocurrido. Nunca pensé que el curso en China iba a enseñarle tantas cosas, y sin necesidad de conferencias, visitas a empresas o actos institucionales.


Eso sí, hoy le han dado el alta y me ha llamado para decirme que se queda hasta que le den el alta al último de sus compañeros y, después, hasta que se les acaben los euros. Le ha cogido cariño a los chinos, por lo que se ve.


Y su madre también, la verdad. Ójala contengan la pandemia.

2 comentarios:

Marcelo dijo...

Se ve drástico, seguramente. Pero visto desde Argentina, donde ya superamos en muertos alos mexicanos y no se hace nada, no deja de darme cierta envidia.
Un saludo

Cigarra dijo...

Se me ocurren pocos sustos más grandes que se internado en un hospital en un pais donde no entiendes absolutamente nada del idioma. Enhorabuena a tu hija por haberlo superado con ese provecho humano y a ti por contarlo con tanto sentido del humor